Florencia Malbrán
La prueba del presente. Ensayos sobre arte contemporáneo
Rosario, Beatriz Viterbo Editora, 2023, 232 páginas, ISBN: 978-950-845-431-7
Luz HorneUniversidad de San Andrés, Argentina
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> autores
Luz Horne
Profesora Asociada en el Departamento de Humanidades de la Universidad de San Andrés, Buenos Aires; Directora del Doctorado en Literatura Latinoamericana y Crítica Cultura y del Programa en Cultura Brasileña de la misma Universidad. También es Directora Académica de la Oficina de Programas Internacionales de la Universidad. Su investigación se ubica en la intersección entre filosofía, literatura y artes visuales. Obtuvo su PhD en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Yale y su Licenciatura en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Fue profesora en Northwestern University y en Cornell University, y visiting scholar en Harvard University (DRCLAS) y en University of Edinburgh. Actualmente, co-dirige (junto a la Dra. Paola Cortés Rocca) el proyecto PICT, Estéticas de lo residual. Usos, topologías y vidas desechables en la producción estética latinoamericana, (FONCyT-Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina). Además de haber publicado artículos académicos y ensayos, ha publicado los libros Futuros Menores. Filosofías del tiempo y arquitecturas del mundo desde Brasil (Santiago de Chile: Editorial Universidad Alberto Hurtado, 2021) y Literaturas reales. Transformaciones del realismo en la literatura latinoamericana contemporánea, (Rosario: Beatriz Viterbo, 2012).
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> como citar este artículo
Luz Horne; “Florencia Malbrán, La prueba del presente, Rosario, Beatriz Viterbo Editora, 2023, 232 páginas, ISBN: 978-950-845-431-7”, caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA). N° 23 | Primer semestre 2024, pp. 98-100.
La vida es amiga del arte [1]
A mediados del siglo veinte, el artista, arquitecto y filósofo brasileño Flávio de Carvalho definía el hecho estético de la siguiente manera:
La emoción estética no es explicable por un razonamiento lógico[…] La emoción estética debe ser considerada como una brecha en el tejido de la conciencia y del mundo organizado y establecido, como una ruptura en el dogma diario: es como abrir una ventana hacia otro mundo.[2]
La prueba del presente, busca definir, precisar y entender una transformación radical en la escena cultural de fines del siglo pasado que implica una apertura tal de la obra de arte que, como quería Flávio de Carvalho, nos permite entrar en otro mundo. Se trata de una invitación a “pensar distinto, a sentir distinto, a mirar distinto” (10).
Según la autora, a partir de un determinado momento el arte pierde su piso, se desterritorializa y todo lo que hasta entonces se definía como un límite entre los diferentes medios y materiales, temblequea, vacila, abre un espacio para el nomadismo y para la irresolución. Pero entonces, ¿cómo hacemos para entender este arte?, ¿desde dónde pensar un arte que nos propone la incertidumbre y la ambigüedad sin volver a afirmar certezas? Florencia Malbrán encara esta tarea compleja y para hacerlo se sitúa constantemente en el punto de equilibrio, se para y se sostiene en el sitio mismo del pliegue que está intentando precisar para mostrarnos sus consecuencias culturales y políticas: sus rupturas, sus recursiones y sus continuidades.
A lo largo de sus páginas, el libro nos lleva a hacer un recorrido que es tanto teórico como histórico, tanto cultural como de análisis formal. Por un lado, su reflexión parte en cada caso del análisis minucioso de una técnica o de un “proceso creativo” (118): por ejemplo, la repetición, el salirse del marco del lienzo, la transferencia de estampas o calcos que transgreden la relación orgánica con la pintura en la obra de Beatriz Milhazes. Algo que la lleva a una pintura musical y tropicalista, a dar por abandonada cualquier noción de pureza o de originalidad. O por ejemplo, también, la insistencia de Pablo Siquier en pintar siempre el mismo cuadro, su loop, su tormenta lineal o su ruido blanco que dan cuenta de la relación del artista con la música, pero también con la arquitectura; algo que –para la autora– lo lleva a cuestionar, no solo la originalidad de la obra de arte, sino su singularidad, sus cimientos ontológicos.
Así, mientras leemos La prueba del presente, no solo nos informamos, no solo aprendemos sobre el arte y sobre su historia, no solo nos enseña un contenido, sino que también nos muestra un método de aproximación al arte y un método de escritura sobre el arte: una metodología. Porque es justamente en este entramado donde la descripción y el conocimiento de las técnicas precisas de cada artista cobra un sentido en algo que excede a la lógica interna de las obras. Florencia sigue cavando y desenterrando en su análisis, no abandona el hilo de su argumento e insiste para indagar en algo fundamental, quizás el núcleo del libro: ¿por qué es importante la inespecificidad?; ¿qué posibilidades políticas le da al arte la desterritorialización de sus propios medios?; ¿qué ventanas abre la inestabilidad de los límites, qué tejidos se quiebran en nuestra conciencia –como decía Flavio de Carvalho– para dejar paso a la “emoción estética”?
El riesgo de pararse en el sitio mismo del temblequeo en el cual el límite está siendo cuestionado, nos dice Malbrán, nos lleva “a vigorizar el compromiso activo de los espectadores en la asignación de posibles sentidos a esas obras heterogéneas, desafiantes”(14). Porque pararse en ese sitio implica asumir el riesgo, también, de abrir una brecha en la noción de autoridad para dejar oír a una pluralidad de voces que –según la autora– promueve también un pluralismo social y político.
Es en este sentido que el libro de Florencia Malbrán habla de arte, pero –como versa Caetano Veloso “A vida é amiga da arte”– también habla de la vida. Si como dice Giorgio Agamben en un libro que Florencia cita, el proyecto o el destino del arte es unir epistemología y belleza, también La prueba del presente participa de esa urdimbre, porque al analizar este escenario radical de transformación y de polifonía propone al arte como espacio de libertad; como un espacio para volver a entender el presente y crear en él –o a través de él– una nueva forma de vida.
Notas
[1] Traducción de un verso de la canción Força estranha, de Caetano Veloso (1978).
[2] Flavio de Carvalho, «Os gatos de Roma. Vila Júlia. Sonambulismo da História», Diário de São Paulo, São Paulo, 13 de enero de 1957.