Silvia Dolinko

Carpetas Ellena. Estampas y afectos de un editor

Rosario, Ivan Rosado, 2021, 90 páginas, ISBN: 978-987-3708-99-2

Compartir

> autores

Lorena Mouguelar

Icono Correo electrónico, sobre, mail, mensaje en User Interface lmouguelar@gmail.com

Doctora en Humanidades y Artes, con mención Historia. Licenciada en Bellas Artes, con orientación en Teoría y Crítica del Arte y Profesora en Bellas Artes, por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Actualmente, se desempeña como docente de grado en la Licenciatura en Bellas Artes y de posgrado en la Maestría en Educación Artística y en el Doctorado en Arte y Cultura Visual, todos de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Desde 1999 es miembro fundador del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano, radicado en la misma casa de estudios. Ha centrado su investigación en las variantes rosarinas de los procesos de introducción y consolidación del arte moderno en Argentina.





Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

> como citar este artículo

Lorena Mouguelar; “Silvia Dolinko, Carpetas Ellena. Estampas y afectos de un editor, Rosario, Ivan Rosado, 2021, 90 páginas, ISBN: 978-987-3708-99-2”, en caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA), n° 21 | segundo semestre 2022.

¿Cómo narrar el origen y la consecución de un proyecto cultural? ¿Cómo encontrar su sentido profundo? Emilio Ellena eligió trazar la red de vínculos y obras que lo impulsaron, que lo hicieron posible, que lo orientaron. El listado de autores reunidos por el editor, se desplegó a lo largo de una década atravesada por el clima desarrollista. Una amistad condujo a la otra, una imagen atrajo a la siguiente, las poéticas se sucedieron y conformaron la exquisita serie de cincuenta carpetas con grabados originales de artistas argentinos que este libro recupera.

Emilio Ellena, matemático de profesión, coleccionista y editor por vocación, dedicó energías y recursos personales a la concreción de un proyecto ambicioso, imbuido del impulso utópico de los sesenta. La serie completa de carpetas impresas entre 1958 y 1967 se expuso por primera vez tres décadas más tarde, en el Museo Nacional del Grabado de Buenos Aires. La posibilidad de exhibir en 1999 el conjunto de portadas y una estampa de cada carpeta fue para su gestor una ocasión sumamente emotiva que lo impulsó a rememorar el derrotero que lo había conducido hasta allí. El texto impreso en el desplegable que acompañó la muestra, un material casi inhallable en el presente, es el eje del libro.

Ellena situó con precisión el lugar donde todo comenzó. Fue en su Rosario natal donde surgió un temprano interés por el carácter multiejemplar del grabado, por el “sentido de participación y solidaridad” (p. 28) que conllevaba. A través del señalamiento de los espacios por los que transitó, trazó un mapa de la cultura moderna en la ciudad santafesina a mediados del siglo XX. Un mapa poblado por personas significativas en su propio recorrido y determinantes para su empresa editorial. De una manera cálida y llena de gratitud, Ellena fue relatando su acercamiento a cada uno de los grabadores incluidos en la serie y el modo peculiar en que se gestó cada carpeta. Sus palabras, simples y sentidas, invitan a vislumbrar de un modo vívido muchas de las instancias que habilitan el desarrollo de un proyecto cultural.

Dentro de la extensa nómina de artistas mencionados, Ellena destacó la colaboración de dos figuras paradigmáticas dentro del arte moderno argentino y de Rosario en particular. En primer término, los consejos de Leónidas Gambartes, quien lo introdujo en las técnicas del grabado e inició la cadena de contactos que sería decisiva para el despliegue de las carpetas. Años más tarde, Juan Grela no solo fue el autor de seis carpetas –convirtiéndose en la firma más recurrente dentro de la colección– sino también el encargado junto a su mujer, la pintora y grabadora Aid Herrera, de estampar las matrices cuando el autor había fallecido o, por otros compromisos, no podía dedicarse a este laborioso proceso. Tanto Gambartes como Grela habían cumplido una labor fundamental en la difusión del grabado en la ciudad, no solo a través de sus obras autónomas o ligadas a la ilustración, sino también con los talleres y conferencias que dictaron desde mediados de los cuarenta en la Asociación Amigos del Arte de Rosario.[1]

El cuidado puesto en las impresiones, el carácter artesanal de todo el proyecto, fue resaltado por Ellena cuando recordaba que llegó a sumar “21.900 copias correctas” (p. 58). Su compromiso de ofrecer estampas originales de calidad no fue una tarea sencilla: “Algunas de las maderas, tacos muy irregulares, hubo que imprimirlas con cuchara. Quien conozca la técnica del aguafuerte sabe lo complejo que es obtener una buena copia y el margen de rechazo que este proceso tiene” (p. 58). La calidad, la variedad y el atractivo visual de las estampas que formaron parte de la Colección Ellena se vislumbra en la edición de Iván Rosado, otra firma independiente de Rosario dirigida por Ana Wandzik y Maximiliano Masuelli. En las páginas del libro se alternan las líneas de Emilio Ellena con una amplia selección de imágenes. Desde La Paz de Gustavo Cochet incluida en la primera entrega hasta Solarium de Mele Bruniard que cierra la serie, las reproducciones dan pistas sobre los contenidos de las carpetas.

Casi sobre el final de su escrito, Emilio Ellena rescata como un aspecto fundamental de la labor realizada “la alegría que [le] dio hacerla” y concluye que “su significación o la carencia de ella, debe ser estudiada por otros” (p. 58). Nadie más indicado para esta tarea que Silvia Dolinko. Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Buenos Aires e Investigadora del CONICET, publicó en 2012 su tesis doctoral sobre los desarrollos del grabado en la Argentina entre 1955 y 1973.[2] En el marco de esa investigación indagó sobre el estatuto que alcanzó la imagen impresa en la segunda posguerra, resumido en la fórmula “grabado original”. Este concepto y la novedosa oferta para el mercado artístico que conllevaba fueron centrales en el proyecto de Emilio Ellena. Las presentaciones de las primeras ediciones a comienzos de los sesenta en espacios institucionales con un alto poder legitimador como el Museo Castagnino o el Museo Nacional de Bellas Artes fueron algunas de las instancias que le permitieron sostener en su tesis el nivel de reconocimiento que logró el grabado en esa década.

En el ensayo que abre Carpetas Ellena. Estampas y afectos de un editor, Dolinko retoma algunas de las líneas argumentales de aquella investigación y despliega diversos aspectos de la peculiar empresa cuya vocación internacionalista era perceptible en su presentación bilingüe. Sitúa el proyecto en un momento de intensa experimentación en el campo del arte argentino que necesariamente impactó en el ámbito específico del grabado y, en ese contexto, considera la selección de obras realizada por Ellena como un sector relevante de la gráfica moderna en el país. La opción del editor por autores de distintas generaciones, desde personalidades señeras para el arte de la ciudad como Gustavo Cochet y Santiago Minturn Zerva hasta jóvenes y promisorios creadores como Mele Bruniard y Alfredo de Vincenzo, contribuyó a la difusión y a la valoración de imágenes muy diversas que circulaban en forma contemporánea. Dentro del listado de treinta autores incluidos en la colección y destacados por la historiadora, emergen firmas significativas para el arte moderno argentino: Sergio Sergi, Ricardo Supisiche, Pompeyo Audivert, Víctor Rebuffo, Lino Enea Spilimbergo, Luis Seoane, por nombrar sólo algunas.

En 2012, desde el rol de curadora y con el objetivo de presentar ante el público un patrimonio gráfico de calidad pocas veces exhibido, Silvia Dolinko apeló a muchas de las estampas originales concebidas para las carpetas Ellena y hoy integradas al acervo del Museo Castagnino+macro, institución pública donde se preserva gran parte de la colección;[3] un conjunto cuyo listado completo de autores, títulos, fechas, técnicas y medidas se puede consultar al final del libro. Asimismo, se reproducen una serie de documentos –fotos, diseños de portadas, firmas de los artistas, ex libris– que convierten a la presente edición en un material preciado no sólo para quien se acerca por primera vez al conjunto forjado por Ellena, sino también para quien busca poner en diálogo imágenes conocidas o volver a pensar las estampas desde el campo de la investigación histórica.

 

Notas

[1] De estas actividades surgió en 1951 la Agrupación de Grabadores de Rosario, una asociación dedicada a la difusión de la disciplina a través de la organización de muestras, cursos y conferencias. Al respecto, ver Esther Finkelstein. “Estampas en la ciudad. La Agrupación de Grabadores de Rosario en la década del cincuenta”, Separata (24), Rosario, CIAAL / UNR, 2019, pp. 51-79.

[2] Silvia Dolinko. Arte plural. El grabado entre la tradición y la experimentación, 1955-1973, Buenos Aires, Edhasa, 2012.

[3] Silvia Dolinko. Impreso en la Argentina: recorridos de la gráfica social desde la colección del Museo Castagnino+macro, Rosario, ediciones Castagnino/macro, 2013.