Mara Burkart

De Satiricón a HUMOR. Risa, cultura y política en los años setenta

Miño y Dávila editores, 2017, 358 páginas. ISBN: 9788416467792

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Viviana Usubiaga

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Doctora en Historia y Teoría de las Artes por la Universidad de Buenos Aires. Licenciada y Profesora graduada en la misma casa de estudios y Técnica en Restauración egresada del Instituto Universitario Nacional de las Artes. Investigadora del CONICET. Docente en la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y profesora de posgrado en la Maestría de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín y en la Maestría en Curaduría en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, donde dirige un proyecto de investigación. Ha organizado exposiciones como curadora independiente. Miembro del Grupo de Estudios sobre Museos y Exposiciones (GEME), de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (AACA) y de la Comisión Directiva del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA). Editora de la revista Blanco sobre blanco. Miradas y lecturas sobre artes visuales. Entre otras publicaciones sobre arte argentino contemporáneo, es autora del libro Imágenes inestables. Artes visuales, dictadura y democracia en Buenos Aires (Edhasa, 2012).





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Viviana Usubiaga; “Mara Burkart, De Satiricón a HUMOR. Risa, cultura y política en los años setenta, Buenos Aires, Miño y Dávila editores, 2017, 358 páginas. ISBN: 9788416467792”. En caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores
de Arte (CAIA). No 13 | Segundo semestre 2018, 111-113.

En la última década se han multiplicado las investigaciones y las publicaciones (libros, artículos, catálogos de exposiciones) sobre los años de las dictaduras, las transiciones democráticas y las postdictaduras en América Latina. En particular, el estudio de la historia reciente de nuestro país ha colmado la agenda académica –y en menor medida, pero no menos visible, la agenda curatorial– de proyectos que abordan las múltiples problemáticas de los años setenta y ochenta. Estos trabajos desbordan los aspectos específicamente políticos, económicos y jurídicos para nutrirlos. Al desarrollar reveladores análisis sobre la vida cotidiana y las múltiples producciones estéticas (artes visuales, literatura, música, cine, teatro, danzas) se ha echado luz sobre la estructura de sentimientos durante aquellos años cruciales para el devenir de nuestro presente.

La renovación de los estudios de la época ha dado lugar a intensos debates sobre dos aspectos principales. Por un lado, si en los primeros años de la democratización las pesquisas se focalizaron casi exclusivamente en las prácticas estéticas y militantes de resistencia al régimen represivo, más recientemente se ha apuntado a desentrañar la cultura oficial de la dictadura. Desde esta perspectiva emergen los señalamientos no solo de las complicidades civiles que por acción u omisión la acompañaron y sostuvieron sino de las estrategias de negociación puestas en juego: la habilitación de ciertas “zonas liberadas” para la expresión (moderadas por el omnipresente control) o la infiltración en formatos no censurables de potencial crítico contra el régimen. En segundo lugar, las nuevas investigaciones tienden a minimizar las rupturas de los procesos sociales entre la dictadura y el advenimiento de la democracia para ofrecer lecturas que revisan los cambios sin soslayar las significativas continuidades entre aquellos procesos políticos, sus actores, las esquirlas de los regímenes autoritarios y las secuelas del disciplinamiento social en democracia.

En esta trama de estudios sociales y culturales, y contribuyendo a los debates antes señalados, se inscribe el libro De Satiricón a HUMOR. Risa, cultura y política en los años setenta de la socióloga Mara Burkart. Producto de su tesis de doctorado en Ciencias Sociales, su trabajo realiza una minuciosa reconstrucción de las trayectorias editoriales de las revistas de humor gráfico de mayor circulación e injerencia en la opinión pública en Argentina entre 1972 y 1983. Estudia las relaciones entre cultura y política a partir de una serie de revistas humorísticas entre las que Satiricón y Humor Registrado son señalados como dos hitos fundamentales. En efecto, el libro plantea una periodización particular a partir de la vida pública de estos artefactos culturales como espacios de representación del sentir social durante las turbulencias políticas de los años setenta.

Con foco que se extiende desde finales de la dictadura gobernada entonces por Alejandro Agustín Lanusse hasta la asunción de Raúl Alfonsín como presidente democrático, Burkart pasa revista, no solo por las páginas de las publicaciones mencionadas en el título del libro sino también por otros proyectos editoriales como Hortensia, Mengano, Chaupinela, El Ratón de Occidente, Tía Vicenta y Rico Tipo. Su exhaustiva investigación integra información histórica y sociológica con una polifonía de voces recuperadas en los editoriales de los números, las cartas de lectores y nuevas fuentes aportadas por entrevistas realizadas a los protagonistas de un mundo mayoritariamente comandado por hombres. Estas fuentes puramente textuales se enlazan con las portadas, las ilustraciones y los cartoons paradigmáticos de cada etapa con el análisis de sus elocuentes contenidos y en menor medida de sus formas visuales. La edición de este libro no ahorra en el despliegue del aparato erudito y la incorporación de ilustraciones con epígrafes extendidos que acompañan la cronología planteada por la sucesión de capítulos. En la introducción permanecen las marcas del registro escritural de la tesis; allí se explicita el marco teórico de la investigación en la intersección de la historia cultural y la sociología de la cultura, especialmente encuadrado en la historiografía que, en síntesis, “asume el enfrentamiento de clases en el plano de la creación cultural”, en palabras de José Emilio Burucúa –director, por cierto, de la colección Historia del arte argentino y Latinoamericano en la que se ha incluido la publicación de este libro–. Es de destacar el estado de la cuestión sobre el humor gráfico que la autora detalla, dado que permite vislumbrar la riqueza de perspectivas de una historiografía sobre la risa que revela su dimensión pedagógica, sublimatoria, provocadora, liberadora, en definitiva, crítica por su “capacidad de enseñar a ver las cosas de otro modo”. Sin duda, el libro de Burkart ya forma parte de esa historiografía de referencia sobre el tema.

A lo largo de los cinco capítulos que estructuran el libro, la autora persigue las transformaciones de la sensibilidad de las clases medias urbanas respecto de las situaciones políticas, económicas y de violencia a través de la caracterización de la hilaridad y las cualidades de lo cómico, diseñando una taxonomía del humor insoslayable para conocer cabalmente a la sociedad argentina. Desde la “risa irreverente” que caracterizó la vida de Satiricón a la “risa seria” de Humor y su proyecto cultural, Burkart disecciona los perfiles editoriales, los posicionamientos ante cada coyuntura política, los momentos de expansión y repliegue del periodismo gráfico y las transformaciones del contrato de lectura que cada revista mantenía con el público masivo. Se revelan las circunstancias que llevaron a ambas revistas a convertirse en íconos de la cultura masiva de los años setenta.

Satiricón (1972-1974), dirigida por Oskar Blotta en sociedad con Andrés Cascioli, inicia el recorrido y es caracterizada en sus comienzos como expresión del optimismo que generó el regreso de Juan Domingo Perón al país y al poder. Antecedida por la cordobesa Hortensia (1971-1974), la publicación protagonizó un boom editorial, la reactivación de la sátira política, el humor negro y la renovación del humor costumbrista. Provocadora, lujuriosa y libertaria no escapó a la prohibición y clausura durante el gobierno de Isabel Perón. El segundo capítulo se aboca a los años de crisis y repliegue de la prensa masiva (1974-1978) y en particular a los proyectos de breve existencia Mengano y Chaupinela, y la reedición de Satiricón en 1975 que nuevamente cerró ante el golpe militar de 1976. Luego revisa El Ratón de Occidente y Tía Vicenta, la emblemática publicación de Landrú que, según la autora, inauguró el humor político en dictadura con impronta oficialista. Un excurso dedicado a la prensa masiva en dictadura se presenta como un mapa de la actuación de los medios de comunicación, sus posicionamientos frente a las estrategias de comunicación del régimen y adscripciones a la cultura comercial dominante en aquellos años. La televisión, la radio, ClarínLa NaciónLa PrensaLa OpiniónThe Buenos Aires HeraldLa Razón, pero también la revista Gente o el Expreso Imaginario, entre otros, forman parte de una suerte de catalogación de medios de prensa que señala tímidos apoyos y netas complicidades con la dictadura. Los restantes capítulos se centran en el programa de Humor, en sus diferentes etapas de politización y otros proyectos satelitales tanto editoriales como por fuera de las páginas que ampliaron sus horizontes de intervención cultural. Es de destacar el apartado dedicado al episodio de la Guerra de Malvinas y la “ciclotimia” social de entonces. El libro muestra cabalmente cómo sus páginas fueron tribunas que apuntaron tanto a los enemigos internos y externos, a la denuncia de la represión y de las políticas económicas neoliberales, a reclamar justicia y a consagrar la risa para sobrellevar la tragedia. En síntesis, Humor es definida como un espacio crítico, opositor y alternativo, como un catalizador del “progresismo cultural” desplegado en los años ochenta. En su extenso recorrido, la autora logra establecer un calibrado termómetro de los humores de la política, precisamente en estas revistas de humor político.

Escribir sobre la risa durante la violenta década de 1970 en la Argentina puede parecer una tarea escurridiza. El telón trágico y genocida que desplegaron las dictaduras en el horizonte de aquellos años frecuentemente obtura la complejidad de un escenario ensangrentado, pero también atravesado por el resplandor de otras emociones que no fueron sólo el espanto. El libro de Mara Burkart viene a cumplir esa tarea y con ella a desentrañar las trayectorias editoriales y las luchas simbólicas que encarnaron las principales revistas de humor gráfico del país.