Carlota Beltrame
Manual Tucumán de arte contemporáneo. Hacia la comprensión de nuestro arte en el siglo XXI.
Tucumán, Carlota Beltrame, 2011.
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> autores
Pamela Desjardins
pamela_desjardins@yahoo.com.ar
Licenciada en Artes Plásticas y Especialista en Gestión Cultural, U.N.T. Integrante del proyecto C.I.U.N.T, “Arte contemporáneo y política cultural en Tucumán. Mediaciones y cruces entre Estado, gestiones independientes y artistas”. Becaria de Iniciación de Investigación C.I.U.N.T (2009-2010). Jefa de Trabajos Prácticos en la Licenciatura en Artes de la Universidad Nacional de la Rioja (2008- 2011).
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> como citar este artículo
Pamela Desjardins; «Manual Tucumán de arte contemporáneo. Hacia la comprensión de nuestro arte en el siglo XXI». En Caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA). N° 1 | Año 2012 en línea desde el 4 julio 2012.
Una contribución al relato del arte contemporáneo de Tucumán
Manual Tucumán de arte contemporáneo. Hacia la comprensión de nuestro arte en el siglo XXI es un libro sobre pensamiento e historia del arte contemporáneo de la provincia de Tucumán publicado en el 2011, y que cuenta con los auspicios del Fondo Nacional de las Artes, del Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán, del Consejo Federal de Inversiones y del Ente Cultural de Tucumán. Una iniciativa de Carlota Beltrame, referente de la escena artística contemporánea provincial, quién también se presenta como editora.
Según Beltrame, el proyecto del Manual Tucumán fue concebido desde un lugar de artista, aspecto de su producción por ella privilegiado frente la investigación, la historia del arte local o la gestión cultural, roles subordinados a este primero. La idea nació inspirada por la frase que alguna vez dijera Washington de Mendeville, segundo esposo de Mariquita Sánchez: «si no hay una historia del arte, hay objetos bellos, no arte.» Carlota se propuso que hubiera un libro que acercara un relato sobre el arte reciente de Tucumán y que, por otra parte, estuviera escrito por tucumanos. De esta manera afirma una «estética de lo necesario» proponiendo llevar adelante proyectos y gestos culturales que considera que necesita la escena local: en este caso la profundización de un pensamiento crítico sobre las artes visuales contemporáneas.
Si bien encontramos algunos valiosos antecedentes en trabajos sobre arte contemporáneo tucumano, se trata de pocas publicaciones. Por ese motivo resulta de gran importancia que el abordaje teórico e histórico pueda completarse y profundizarse.
Un manual es una síntesis introductoria a las partes sustanciales de una o varias asignaturas. La elección de esta denominación señala una distancia de lo que es una publicación estrictamente de investigación académica, para acercarse al terreno de la divulgación, más allá de que los artículos, las fuentes y los datos hayan sido tratados con tal rigurosidad.
Los autores, todos vinculados como docentes o investigadores con la Universidad Nacional de Tucumán, poseen diversos orígenes en su formación. El abordaje en cada uno de los textos parte de la historia política, social y económica, la historia del arte, la crítica, la filosofía y la estética.
El manual se divide en dos secciones que proponen dos momentos en la historia del arte tucumano. La primera, denominada “Modernidad tardía”, incluye artículos dedicados al contexto histórico y al de la producción cultural comenzando en los primeros años de la década del cincuenta, pasando por los de la dictadura militar y la reinstauración de la democracia, hasta llegar a la década de los noventa.
Alejandra Wyngaard, nos introduce en el contexto político, social, económico y cultural de la provincia durante esos años. Griselda Barale, nos habla de la tradición popular del norte argentino en cuatro artistas (Alfredo Gramajo Gutiérrez, Víctor Quiroga, Blanca Machuca y Guillermo Rodríguez). Carlota Beltrame nos presenta, literalmente, una “generación extraviada” de artistas de los setenta y los ochenta. Marcos Figueroa nos señala una serie de sucesos que contribuyeron a la construcción de una nueva escena artística.
La segunda parte del manual, “Lo actual”, propone un acercamiento a las producciones emergentes de los últimos años. Aquí, cada uno de los autores analiza el caso de artistas coetáneos que aplican recursos y medios reconocibles en la estética global de lo contemporáneo, pero que dialogan con su contexto. Jorge Figueroa desarrolla la idea de la existencia de una “Escena Pop” tucumana. Mónica Herrera escribe sobre recursos estéticos y discursivos como el reduccionismo, el ocultamiento y la desmaterialización presente en algunos artistas. Aldo Ternavasio indaga sobre “lo tucumano” como particularidad diferencial en las producciones y de su relación con lo global. Una mirada similar es la que propone Kevin Power, quién señala el énfasis de ciertos artistas, tomando como ejemplo a Sandro Pereira, Pablo Guiot y Mariana Ferrari, de desarrollar estrategias estéticas en sintonía con lo local, pero proponiendo un discurso más bien glocal.
Quizás el desafío más grande que atraviesa esta publicación sea que la mayoría de los autores fueron también protagonistas en los contextos de sus propios relatos. Sin embargo, lejos de quedarse en una mirada subjetiva y nostálgica de aquello con lo que poseen, sin lugar a dudas, un vínculo afectivo, estos artículos dan un primer paso a la solución de un problema que posee Tucumán: la de la gran cantidad de artistas y, paralelamente, el escaso número de personas dedicadas la escritura y publicación de investigaciones y críticas de arte contemporáneo.
Un referente que fue tomado en consideración por Beltrame fue el trabajo de Eduardo Schiaffino, quién desde su lugar de artista generó acciones que permitieron no sólo la exhibición de obras, su legitimación y su circulación, sino la formación de espectadores y masa crítica. La tarea de Beltrame se inscribe dentro de esta visión ampliada de la práctica artística, desde un enfoque sobre lo contemporáneo. La propuesta de una “estética de lo necesario”, gesto del que nace este proyecto, nos permite pensar en cómo algunos artistas se transforman en ocasiones en historiadores del arte, gestores culturales y críticos, convirtiendo estas acciones en su propio discurso artístico.